Piénsatelo bien: Razones para no abortar

Los abortos interfieren en los procesos naturales del cuerpo y, por tanto, van acompañados de riesgos físicos.

En raras ocasiones, los abortos pueden provocar lesiones, causando daños permanentes en la mucosa, el cuello uterino o el útero.

El resultado del aborto es que ese niño nunca nacerá. No llegarás a conocerlo ni experimentarás las muchas alegrías de la maternidad (al menos no en lo que se refiere a este niño).

Si contemplar esto te resulta doloroso, te acaban de dar un poderoso argumento contra el aborto: decidir en contra de tu propia intuición probablemente te deje huella.

Volver atrás en el tiempo: Tú o tu pareja podéis tener la esperanza de que, tras el aborto, todo vuelva a ser como antes del embarazo.

Desgraciadamente, la experiencia en asesoramiento nos enseña lo contrario. El hecho de haber estado embarazada siempre permanecerá, independientemente de que decidas continuar con el embarazo o no. Puedes verlo de este modo: El cambio fundamental ya se ha producido; tu elección reside en lo que hagas con él.

Nuestras decisiones nos afectan. Están siempre presentes y conforman nuestra identidad. Por tanto, es imposible volver a ser como antes.

Si crees que el aborto es la única forma de escapar a las presiones externas, esto cuenta en realidad como un argumento en contra. En otras palabras, sentirse presionado no es un argumento a favor del aborto.

Por ley, tienes derecho a tomar esta decisión por ti misma. Tus sentimientos y tu conciencia no deben verse invadidos por las opiniones de los demás, porque serás tú quien tenga que llevar a cabo la elección. Elijas lo que elijas , tendrás que vivir con las consecuencias. ¡Utiliza la libertad que se te ha dado!

No todas las mujeres sienten repercusiones emocionales inmediatamente después de un aborto, pero algunas experimentan tensiones psicológicas a largo plazo, como una profunda tristeza o la sensación de haber cometido un error irreversible. Estas consecuencias pueden afectar a las mujeres durante meses o incluso años.

Durante el asesoramiento, muchas mujeres cuentan que sienten una reticencia o vacilación interior cuando se plantean abortar.

Tal vez a ti también te ocurra, pero hay algo que no encaja:

• A veces, las mujeres tienen sueños convincentes justo antes de la cita programada para el aborto.

• Otras se sienten físicamente enfermas ante la idea de abortar.

• De nuevo, otras experimentan emociones intensas, como una sensación de pesadez o tirantez, cuando se plantean abortar. Pueden surgir sentimientos de ansiedad.

No ignores estas representaciones externas de tus convicciones más íntimas cuando tomes decisiones importantes. Estos suaves empujones revelan tu brújula interior, que te señala tu verdadero norte.

Puede que tu pareja quiera que abortes. Puede que incluso te haya insinuado o dicho que debes elegir entre él y el bebé. Si decides abortar por la presión a la que te somete tu pareja o para no perderle, es probable que vuestra relación no salga indemne. Es probable que un aborto "por su bien" también te pase factura personalmente.

Por desgracia, al abortar, muchas relaciones fracasan debido a la misma decisión que se suponía que debía salvarlas.

Ten en cuenta que los hombres necesitan tiempo para aceptar esta nueva situación. A menudo, sus exigencias no son más que reacciones instintivas a su preocupación por el embarazo. Poco a poco, muchos padres mostrarán responsabilidad proporcionando el apoyo deseado cuando se les dé tiempo suficiente. Esta oportunidad se pierde cuando se opta por un aborto.

Además de los posibles efectos en tu relación, la decisión de abortar también puede cambiar la dinámica con otros miembros de la familia. Incluso los niños pequeños están a menudo en sintonía con lo que ocurre, aunque creamos que están bien protegidos. Es seguro suponer que la mayoría de los niños tienen una idea de lo que ha ocurrido y sienten las secuelas.

Las madres y los bebés suelen compartir un vínculo muy estrecho, lo que hace que los niños sepan intuitivamente lo que siente su madre. Una inseguridad profundamente arraigada puede extenderse entre los hermanos, derivada de una nebulosa sensación de lo que ha ocurrido. El dolor de la madre por el "espacio vacío" de la familia puede transmitirse a ellos, porque, sea lo que sea lo que siente la madre, los niños también lo sienten.

¿Te imaginas tener otro(s) hijo(s) algún día, pero no parece ser el momento adecuado? En este caso, tú (y tu pareja) podéis ver la situación actual de forma muy diferente a largo plazo. Tu perspectiva puede cambiar en el transcurso de varios años, o puede cambiar poco después de tomar la decisión, cuando los niveles hormonales empiecen a estabilizarse...

Cuando te sientas demasiado centrado en un detalle, puede ser útil dar un paso atrás y ver las cosas desde otra perspectiva. Imagina a una tú más vieja hablando sobre la decisión que estás tomando hoy. ¿Qué dirías?